
(Escrito por Hermanos Castillo Martínez (ganadería de ABLANSE) y publicado en la revista La Llave)
"El pastoreo es la más pura de las ocupaciones; en su sencilla rutina, el hombre se reconcilia con el mundo y consigo mismo".
León Tolstói, escritor.
El futuro de la ganadería extensiva es por desgracia poco halagüeño, debido al abandono de este oficio por las nuevas generaciones y la poca rentabilidad que actualmente ofrece, lo que la sitúa en “peligro de extinción”.
Centrémonos primero en definir qué es la ganadería extensiva, es un sistema de producción en el que los animales, como bovinos, ovinos, caprinos y otros, son criados en grandes extensiones de tierra, generalmente en áreas rurales o de campo abierto. A diferencia de la ganadería intensiva, donde los animales se crían en espacios cerrados o controlados, la ganadería extensiva permite que los animales pasten libremente en grandes áreas de pasto. Esto ofrece una serie de ventajas y beneficios, algunas de ellas son:
- Bienestar animal: Los animales tienen acceso a extensas áreas de pastoreo, lo que permite que el ganado se despliegue en espacios abiertos, generalmente sin muchas restricciones, que hacen que se comporten de manera más natural, lo cual redunda en la mejora de su salud y bienestar, a través de la reducción de la propagación de enfermedades y del estrés.
Bajo costo de mantenimiento: Debido a que los animales pastan en el terreno natural, los costos asociados a la alimentación y al manejo de los animales son relativamente bajos en comparación con la ganadería intensiva. No obstante, no se elimina totalmente la necesidad de aportación de alimento en determinadas épocas.
- Sostenibilidad Ambiental: En la ganadería extensiva, el número de animales por unidad de superficie suele ser reducido, lo que significa que no se sobrecarga la tierra. Y con un manejo adecuado favorece el mantenimiento de los ecosistemas naturales y reduce la emisión de gases contaminantes, contribuyendo además al denominado secuestro de carbono en el suelo, que es el proceso de transferir el CO2 de la atmósfera al suelo en forma de carbono orgánico contenido en la parte de materia orgánica de los suelos.
- Producción Sostenible de alimentos: En este tipo de ganadería, aunque produce rendimientos de producto muy inferiores a los obtenidos mediante ganadería intensiva, sin embargo, la calidad de los productos (carne, leche, etc…) es muy superior, especialmente en términos de sabor y valores nutricionales. Además, son alimentos producidos de manera ética y sostenible.
Conexión con el medio rural: Mediante la ganadería extensiva, la tradicional en nuestros pueblos, se apoya la economía y el desarrollo de los mismos. Fomentando, a su vez, la conservación de estas prácticas tradicionales y conocimientos locales, ayudando a mantener la cultura rural.
- Conservación del paisaje: El pastoreo controlado de los rebaños en extensivo, ayuda a prevenir incendios forestales, mediante la reducción de la acumulación de la biomasa vegetal en los montes. Este aspecto es fundamental para la conservación de nuestros montes, y sigue siendo una asignatura pendiente para nuestras administraciones, las cuales gastan millones de euros en extinción de incendios, descuidando el aspecto de la prevención. Este cambio de enfoque, apostando por la prevención mediante el cuidado de nuestros montes, debe ser prioritario en las políticas de gestión de incendios. Y en el mismo, juega un papel fundamental la ganadería extensiva.
Todas estas bondades y beneficios no son gratuitos, y requieren de un gran esfuerzo por parte de nuestros pastores y ganaderos. Los cuales, ante unos bajos rendimientos económicos están abandonando esta actividad. Son ya pocos los pastores que perduran en nuestros pueblos, los pocos que existen suelen tener una avanzada edad y pronto tendrán que abandonar esta actividad, y no se está produciendo el relevo generacional que garantizaría la supervivencia de esta ganadería extensiva.
Ante este futuro poco prometedor, somos pocos los emprendedores que nos atrevemos a adentrarnos en este mundo, los que nos decidimos por apostar por la ganadería extensiva, buscando nuevas vías para hacerla más atractiva y productiva, en uno de los últimos intentos para salvarla de esa “extinción”. Un peligro que pende, como espada de Damocles, sobre la cabeza tanto de la ganadería extensiva como del propio pastor; pues no se puede concebir la existencia del uno sin el otro.
Con este pensamiento, surgió allá por el año 2022, el proyecto de los hermanos Castillo Martínez: Silvia, Antonio y el que les escribe Francisco José. Ante la necesidad de poner en valor y cuidar una finca de monte conformado por pinares, encinas y chaparros, el tipo de monte más frecuente en esta zona. Se barajaron diferentes alternativas, como realizar trabajos forestales de desbroce o infraestructuras como fajas perimetrales y cortafuegos. Pero suponían grandes costes que no hacían rentable la gestión de este tipo de fincas. Y de pronto nos llegó una alternativa, la ganadería extensiva como medio de prevención de incendios y mejora de los montes. A la vez que se postulaba, no como un coste para la realización de estos trabajos, sino que incluso podría convertirse en una actividad productiva rentable. El circulo perfecto: gestión forestal, prevención de incendios y mantenimiento de una actividad tradicional como la ganadería extensiva. Y así nos embarcamos en la adquisición de un rebaño de Cabra Blanca Andaluza, una especie autóctona en peligro de extinción. Un animal que ha ido perdiendo arraigo entre los ganaderos debido a su poca producción y dificultad de cría, frente a otras razas más productivas, de ahí que haya ido decreciendo su población hasta quedar en esta situación de peligro de extinción. Pero que, sin embargo respecto a otras razas, presenta unas características magníficas en cuanto a su capacidad de adaptación a los terrenos abruptos y con abundancia de matorral, como son nuestros montes. De ahí la elección de este noble animal, que merece sin duda ser apoyado para que vuelva a recuperar el territorio perdido en nuestros montes, y ser salvado de la situación de extinción en la que se encuentra.
Pero la ganadería extensiva, como la conocemos de manera tradicional, requiere de una dedicación y un trabajo físico exigente, además de un conocimiento empírico que da la propia experiencia del pastor y que se transmite por lo general de generación en generación, y que poco a poco se está perdiendo. Por lo que la inclusión en este mundo, para alguien neófito en la materia, y que no puede dedicar el cien por cien de su tiempo, como lo requiere la ganadería realizada de forma tradicional; representa un gran problema. Ahí surgió la idea de introducir las nuevas tecnologías a la ganadería y crear una nueva forma de pastoreo, que pueda hacer más atractiva esta actividad, y que además posibilite la incorporación de las nuevas generaciones a este mundo, que haga posible salvarla de esta extinción a la que se ve abocada.
Por ello, los hermanos Castillo Martínez nos unimos junto al Grupo Consule y la universidad de Jaén, para la presentación de un proyecto a la Junta de Andalucía, para el estudio del manejo eficiente del ganado en extensivo, en este caso nuestro ganado caprino de cabra Blanca Andaluza, por como ya hemos dicho, su gran adaptación a las condiciones y características de nuestros montes. Pues bien, este proyecto pretendemos que pueda ser validado como una herramienta eficaz, eficiente y segura en la prevención de incendios forestales. El proyecto, denominado “Grupo Operativo Pastores digitales contra el fuego”, se está llevando a cabo implantando unos collares GPS en las cabras, que permiten, no solo conocer la ubicación del ganado en todo momento, cosa ya habitual en el control de muchos animales domésticos como perros, y otro tipo de ganado; sino que además son capaces de realizar un vallado virtual que permite el control de las zonas de pastoreo. Es decir, estos dispositivos, mediante un adecuado adiestramiento de los animales, permiten que delimitemos de manera virtual sobre la cartografía, la zona en la que deseamos que paste el rebaño, haciendo que permanezcan dentro de la misma sin necesidad de una presencia continua del pastor.
Esto se consigue mediante la emisión de unos estímulos, por parte de los equipos GPS al aproximarse los animales al perímetro del vallado establecido. Los cuales, los terminan asumiendo los animales como una orden para dar media vuelta y no sobrepasar la línea virtual establecida. Este sistema, que a priori parece sencillo, requiere de un entrenamiento y asimilación por parte de los animales, y permite una serie de posibilidades y aprovechamientos muy interesantes. No obstante, debemos decir que, si bien este sistema ayuda enormemente para el control del rebaño, no sustituye completamente la figura del pastor tradicional, el ganado debe ser controlado y atendido de manera habitual. Pero permite disminuir las horas presenciales que el pastor debe permanecer con el ganado, pues los animales permanecerán en la zona establecida atendiendo a los estímulos lanzados por los equipos GPS.
Además, con estos sistemas podemos realizar una rotación controlada de los rebaños por los pastos, estableciendo diferentes zonas o sectores de pastoreo a lo largo de la finca. De forma que una vez agoten la vegetación de un sector pasen al siguiente, con lo que se consigue, no solo un mayor aprovechamiento del pasto maximizando el pastoreo de la zona, sino que además se logra una regeneración de la vegetación por los diferentes sectores sin pastorear, lo que aumenta aún más el pasto disponible, con la consiguiente disminución en la aportación suplementaria de alimento respecto de la fórmula de pastoreo tradicional, dónde el ganado come lo que más le gusta en un principio permaneciendo poco tiempo en una zona y desplazándose a otras desaprovechando gran parte de la vegetación.
Y otro enfoque, no menos importante, es la aplicación que podemos realizar de este sistema para el desbroce de las infraestructuras de prevención de incendios existentes en los montes, como cortafuegos, fajas auxiliares, etc… Estableciendo la zona de pastoreo sobre estas infraestructuras podemos conseguir que el rebaño realice de forma natural, un desbroce efectivo de las mismas, contribuyendo a su mantenimiento con un ahorro considerable de costos, frente a la necesidad de realizar estos trabajos con maquinaria pesada o equipos de operarios sufragados todos ellos por la administración o los propietarios de los montes, en su caso.
Como vemos, la suma de las nuevas tecnologías a una actividad tan tradicional como es la ganadería extensiva, plantea una serie de posibilidades interesantísimas que debían ser tenidas en consideración por las diferentes administraciones implicadas en estos temas. Dado que esta tecnología es una tecnología costosa, que difícilmente puede ser asumida únicamente por el ganadero si no se cuenta con apoyo externo. Principalmente de la administración pública, que debería implicarse en ello para la aplicación de la ganadería extensiva en las labores de prevención de incendios, ahorrando significativos costes a los contribuyentes en estas tareas de prevención. No en vano, estudios avalados por prestigiosas entidades y universidades, concluyen que, respecto a la prevención de incendios, la ganadería extensiva supone un ahorro del 75 % de los costes anuales de desbroce mecánico. Ya existen algunas comunidades autónomas que gestionan ayudas para los ganaderos que pastan sus rebaños en los montes públicos, aunque por desgracia son las menos, y deberían ser todas las comunidades autónomas las que se sumasen a esta iniciativa.
Por ello, con este proyecto del “Grupo Operativo Pastores Digitales contra el Fuego” pretendemos demostrar la eficacia y la importancia del uso controlado de la ganadería extensiva como medio de prevención de incendios, y a la vez poner en valor la importancia de esta ganadería para nuestros ecosistemas y para la sociedad. Impulsando el uso de las nuevas tecnologías en la ganadería extensiva, consiguiendo del mismo modo, hacer más atractiva la profesión de pastor, como motivación para la inserción de las nuevas generaciones a este mundo. Permitiéndoles destinar un menor tiempo al cuidado de los rebaños, mejorando su vida familiar y su tiempo libre, y dignificando una profesión falsamente denostada durante años. Y recalco lo de falsamente, porque pocas profesiones he podido conocer que puedan ser más dignas que esta. El amor, la sabiduría y el sacrificio que los pastores ponen en el cuidado de sus animales, son dignas del mayor reconocimiento a su labor. Y desde aquí, sirvan estas líneas como modesto reconocimiento de ese valor que todos ellos suponen para nuestro patrimonio etnográfico y medioambiental, y también como reivindicación de la importancia que la ganadería extensiva tiene para nuestro medio ambiente y nuestros pueblos.

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